miércoles, septiembre 20, 2006

Spud Webb, enano pero matón...

Vayan poniéndose sus muñequeras, que hoy también va de los ochenta.

Todo ocurrió un año antes de que Fernando Martín aterrizara en EE.UU. para jugar en los Portland Trade Blazers y convertirse así en el primer español en disputar un partido en la NBA. Era 1.986, la era de Gasol y sus compinches quedaba aún muy lejos y el baloncesto americano era inalcanzable para nosotros, simples europeos come-baguettes. Los chavales comprábamos la "Gigantes del Basket", y flipábamos con los Jordan, Bird, Magic y compañía, con las piruetas que esos yankees eran capaces de hacer, mientras nosotros nos contentábamos con las bandejas salchicheras para entrar a canasta.

Y dentro de todo aquel circo, una de sus pistas centrales era, sin duda, el campeonato de mates que se disputaba durante el fin de semana del All-Star. La competición que ganase los dos años siguientes el gran Michael Jordan, iba a tener un triunfador inesperado en 1.986.

Así, mientras que todas las apuestas daban como vencedor a Dominique Wilkins, que defendía su título conseguido el año anterior, nadie había reparado en su compañero de equipo: un pequeñajo de escasos 170 cm (uno de los tres jugadores más bajitos de la historia de la NBA) llamado Spud Webb.

Webb, que siempre tuvo problemas para encontrar equipo por su escasa altura, había logrado hacerse valer en los Atlanta Hawks y era titular indiscutible. Sin embargo, su juego aún reservaba algunas sorpresas..."Dominique (Wilkins) nunca me había visto matear" dijo después del torneo.

Y joder, el enano volaba. Hizo un concurso que pasó a la historia, por ser el el jugador más bajo de cuantos lo habían disputado, y por ser también el único en lograr en la ronda final dos puntuaciones de 50 (perfecto). Hizo 360, 180 a dos manos...y la gente, simplemente, alucinó. Y más el mismísimo Wilkins, al que más tarde confesó que nunca entrenaba los mates.

Se dice que tenía una potencia de salto de 44 cm, y en la NBA no se había vuelto a ver algo parecido hasta el concurso de este año, cuando Nate Robinson (otro jugador muy bajito) se hizo con el campeonato usando en su último salto al propio Webb. Le pasó la pelota a éste, que la lanzó hacia arriba. Robinson saltó por encima de su cabeza, agarro la bola y mateó. Y ganó. 20 años después otro jugador bajito lograba la hazaña.

Si quieren ver un poco más de Webb, pinchen aquí

2 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Fantasticamente etas reflexiones sobre la enebea. De veras disfruto con este blog, siga así muchacho...

2:02 p. m.  
Blogger Ford Fairlane said...

Me alegro de que so gusten estas paridas.
La verdad es que a mí me encantan

2:20 p. m.  

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