The Police: "Synchronicity Concert"

Te pones a pensar, y la verdad es que parece increíble que Police sólo tocaran durante siete años(1.977-1.984): 5 discos (más un sexto en directo), cientos de conciertos, giras mundiales,...pero, sobre todo, canciones. Canciones buenísimas.

Ayer por la noche vi el DVD de uno de sus conciertos. Conocido como el "Synchronicity Concert", tuvo lugar en Atlanta en el año 1.983, y fue una de sus últimas actuaciones en directo antes de separarse definitivamente. Desde entonces sólo han tocado en tres conciertos de "Amnistia Internacional" en el año 1.986, en la boda de Sting y en 2.003, cuando ingresaron en el "Rock and Roll Hall of Fame" (o Recibidor de los Rockeros).

El DVD en sí, es un pelín chapuza (visualmente, claro): constantes planos del careto del Sting, pocas tomas de la banda en conjunto y bastantes pajas ochenteras (luces raras, planos con efectos) que se cargan unas cuantas canciones, como es el caso de "Tea in the Sahara" (imperdonable no enfocar al guitarrista ni un solo momento).

Visualmente, decía. Porque musicalmente es una maravilla. Los tres músicos, acompañados de tres elegantes y ochenteras coristas (y algún otro que anda por ahí escondido), están en estado de gracia. Durante más de hora y media no paran de escupir un temazo tras otro, abarcando todas las etapas de la banda (lástima de "Bring On The Night"), con mucha compenetración con el público (más de 200.000 personas, creo).

Y es que los Police tocaban de la ostia. Desde Sting, que toca y canta unas líneas de bajo más complicadas de lo que parecen, a Stewart Copeland (de otro planeta) que no contento con la batería también toca el vibráfono, hasta llegar al guitarrista más elegante (y bailarín, como se comprueba en el concierto) que ha pisado este planeta, Andy Summers, vemos a un grupazo, con un ritmo y un gusto inigualables.

Sin embargo, después de aquella gira todo se acabó. Se tenía que acabar: según dicen, las relaciones entre Sting y Copeland eran más tensas, y los tres acumulaban un cansancio tremendo, bastante comprensible después de haber estado más de un lustro en la cresta de la ola.

Y siguieron sus carreras en solitario... De Sting no hay mucho que decir. Tuvo un comienzo bastante respetable, sacando discos suavecitos y bonitos, pero, en los últimos tiempos, la verdad es que no levanta cabeza. Lo último que yo oí, "Brand New Day" era una cagada. Sólo la canción de "Desert Rose" tenía un "algo", pero vamos, siempre muy lejos de lo que fue. Creo que la crítica, en general, debería darle más caña y exigirle más a este grandísimo músico, porque no hay mucha gente que derroche tanto talento como él.

Stewart Copeland se ha dedicado, fundamentalmente, a hacer bandas sonoras. Así ha firmado trabajos tan dispares como "Wall Street" o "No me Chilles que No te Veo" (Nota mental: escribir sobre esta película). También ha montado algún grupillo, como Animal Logic,o más recientemente, Gizmo, junto a Dave Fiuczynski, guitarrista de Screamin Headless Torsos. Ha tocado acompañando a Peter Gabriel, o a Les Claypool (de Primus), e incluso fue contratado por Ray Manzarek y Robby Krieger, para reactivar a los Doors, pero todo acabó un poco mal. En enero de este año presentó en el Festival de Sundance su documental Everyone Stares: The Police Inside Out, en el que recopilaba las grabaciones que hizo en Súper 8 de aquellos años. La verdad es que tiene muy buena pinta.

En cuanto a Andy Summers, posiblemente haya sido el más discreto en su carrera personal. Summers era el mayor del trío (10 años más que Copeland y Sting) y ya tenía cierta carrera anterior ligada al Jazz y las sesiones en estudio. En los últimos años ha grabado unos cuantos discos de Jazz, y ha tocado junto a grandes músicos, de la talla de Vinnie Colaiuta, Robert Fripp, o Herbie Hancock. También ha hecho alguna que otra banda sonora ("Este Muerto Está Muy Vivo" (Nota mental: escribir sobre esta película)) y algún cameo en series y películas, como "No me Mientas Que te Creo" (¿qué les pasa a estos dos con Billy Wilder y Richard Pryor?).

De todas formas, no estaría mal que un día les diese por juntarse de nuevo. O no.