miércoles, marzo 07, 2007

Chuck Wepner

El personaje del que hoy voy a hablar inspiró una de las primeras películas del insigne Sylvester Stallone (entre nosotros, Sly).

Y no, no me refiero a ésta. Sino a esta otra:
Chuck Wepner, apodado el "Sangrador de Bayonee", su ciudad de origen, fue toda su vida un boxeador bastante discreto. Blanco, con poquitas luces, representante del boxeo tradicional en clubes, debutó como profesional en 1.964. Antes había servido en la Marina Americana (the one and only) y había trabajado como vigilante de seguridad.
Su carrera empezó bien. Campeón de los Pesos Pesados del Estado de Nueva Jersey y respetado en el circuito de clubes, su figura era popular a finales de los sesenta y principios de los setenta. Pero, tras perder dos combates consecutivos por KO contra George Foreman, primero, y Sonny Liston después, muchos pensaron que había tocado fondo.
Aún le quedaba una última oportunidad.
El 24 de marzo de 1.975, Wepner subió al ring para enfrentarse al entonces campeón de los pesos pesados, el gran Mohamed Ali, por el título mundial. El combate despertó una gran expectación. Después de todo, el pugil negro daba una oportunidad a un desconocido, y eso no ocurría todos los días.
Herido en su orgullo, Wepner entrenó de sol a sol, y se prometió a si mismo que aguantaría el reto. Las apuestas, 30 a 1, no creían que el blanco resistiese ni siquiera hasta el tercer round.
En el noveno asalto, increible, Chuck tumbó a Ali. El estadio no lo podía creer. El propio Wepner no daba crédito. "Hey, he tumbado a Ali", le dijo a su entrenador. Aunque éste simplemente contestó: " Sí, pero me parece que ahora está muy cabreado".
Y sí, efectivamente lo estaba. De vuelta al ring, Ali la emprendió a golpes contra el aspirante, que a pesar de tener los dos ojos cortados, aguantó el envite. Tony Pérez, árbitro de la contienda, quiso detener el combate. Le enseñó tres dedos a Wepner y le preguntó: "¿Cuántos dedos ves?". No podía ver ninguno, pero tres pellizcos de su preparador en la espalda le permitieron seguir la pelea, que prolongó heroicamente hasta el 15º y último asalto en el que, a 15 segundos del final, el árbitro detuvo los golpes y proclamó campeón a Ali por K.O. técnico.
Cuentan que al regresar a a su casa, Chuck, que horas antes le había regalado a su esposa un picardías muy sexy ("Guárdalo, porque esta noche te acostarás con el campeón del mundo"), recibió la broma de ésta, que le preguntó: "¿Debo ir al dormitorio de Ali, o vendrá él aquí?"
Después de aquel combate, Wepner no volvió a levantar el vuelo. Se dedicó al noble "deporte" del wrestling (luchó contra el André el Gigante) y en los ochenta tuvo problemas con la cocaina por los que fue enviado a prisión.
Entre el público que llenó aquel día las gradas de Richfield, Ohio, se encontraba un joven actor de ascendencia italiana, que empezaba a hacer sus pinitos en el cine.
Sly llevó la historia de Wepner al cine y se hizo mundialmente famoso. Pero ésa, y la batalla judicial que mantuvieron ambos, es otra historia.

1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Buen blog éste!

11:02 p. m.  

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