Tool-La Cubierta (Leganés), 4 de noviembre

Bien saben Dios, Alá, Buda, Vishnú, Krishna, Kebab y Maradona que no he sido nunca muy fan de estos rockeros modernillos, ni del llamado "numetal". El sábado, sin embargo, tuve que cambiar de parecer. Tremendos. Muy tremendos.

Muchísima cera, un gran espectáculo visual y estético, y el público, entregadísimo (quizás un bis extra no habría estado de más). Originales como pocos, los yanquis estuvieron a la altura del llenazo que había en Leganés. La Cubierta, por si acaso, a lo suyo, como siempre, rebotando que es gerundio. Qué vergüenza.

Abrieron la noche los Mastodon, otro pepino de grupo, que depertó en mí un sentimiento que desconocía, en lo que se refiere a la música: miedo. Qué gritos, qué animales, y qué bola de graves en todo el puto pabellón.

Después con Tool, el sonido mejoró bastante (ese extraño suceso que diferencia a los grandes de sus teloneros), y, durante una hora y tres cuartos estuvieron repartiendo leña a diestro y siniestro. Compactos y raros. Buenísimos.

Los cuatro son para darles de comer aparte: un bajista más o menos "macarra al uso", un batería vestido de jugador de baloncesto de los Lakers, un guitarra absolutamente impasible, y un cantante enfundado en unos vaqueros, sin camiseta, y con una máscara antigás de la Segunda Guerra Mundial con el micrófono incrustado (lo que le permitía tener las manos libres), no se ven todos los días.

Me gustaría hablaros del repertorio, pero poco puedo decir de un concierto en el que solo supe cantar "Any fuckin´ time. Any fuckin´ day".

Prometieron volver en verano, así que si no podéis verlos antes en otra ciudad (¿Florencia, por ejemplo?), os recomiendo que os pongáis vuestro mejor chándal y no os los perdáis.