Muelle: el número one
El prestigio de Muelle seguía ascendiendo, del mismo modo que lo hacían las multas que le imponía el Ayuntamiento (2.500 ptas fue la cantidad que tuvo que pagar cuando fue descubierto, y rodeado por 7 serenos (¿ninjas, tal vez?), cuando se encontraba pintando el recién colocado "Oso y Madroño" de la Puerta del Sol). Llegó a denunciar al propio consistorio madrileño por utilizar su firma en una imagen de la revista "Villa de Madrid", e incluso, una conocida marca de colchones (cuyo nombre obviaré, porque no sé cuál es) le llegó a ofrecer cinco millones de pesetas por su nombre y su logo. Sin embargo, y ante la desazón de su madre, rechazó la oferta. Siempre pagó las pintadas de su bolsillo, y siempre fue reacio a que se conociese su verdadera identidad.
En 1.993 dejó de pintar, pues entendía que su mensaje estaba "agotado", y en 1.995 murió prematuramente víctima de un cáncer a los 29 años. No obtuvo en vida el reconocimiento que merecía, ni consiguió hacer realidad muchos de sus sueños (un mejor local y mejores instrumentos para su banda (ensayó una temporada junto a Los Enemigos), una imprenta donde poder plasmar sus pegatinas...).
El año pasado, a diez de su muerte, se le hizo un sentido homenaje (también se han hecho conciertos para recordarle), y algún concejal ha llegado a vislumbrar la posibilidad de otorgarle el mérito que como artista le corresponde. Mientras tanto, su hermanos mantienen su nombre en el registro y tratan de conservar su memoria, así como los muros donde hizo sus trabajos.
Por aquel vídeo sobre gaffitis en el que ponía "No Borrar", y por esta pintada,que he mirado tantas veces al volver de viaje con mi hermano...