martes, mayo 30, 2006

Muelle: el número one

Cuentan que, de niño, un tal Juan Carlos Argüello arregló su bicicleta con un gigantesco muelle que había encontrado en un vertedero cerca de su barrio de Campamento, en Madrid. A partir de entonces, y como suele ocurrir (el salero en este país no tiene paragón), gracias a tan singular pieza, ése fue su mote: Muelle.
Pocos años depués, a mediados de los ochenta, aquel chaval empezó a estampar su firma por todos los rincones de la capital (aunque según algunos, empezó pintando el nombre del grupo en el que militaba como batería a principios de la década:"Salida de Emergencia"). Primero de forma más elemental, pero, poco a poco, añadiendo dimensiones, brillos y colores, y eligiendo, al mismo tiempo, las paredes y vallas publicitarias más idóneas para "exponer" sus pintadas: respetando siempre, y en la medida de lo posible, claro, el mobiliario urbano.
En un principio, la sorpresa era generalizada: ¿qué sería eso de Muelle ®?-el propio Argüello registró la firma oficialmente-; ¿una marca de colchones?, ¿una nueva secta?, ¿un pájaro, un avión...?

El fenómeno del graffiti arrancaba, y no tardaron en salir numerosos admiradores, imitadores, y, ojo, también grandes graffiteros que constataban que lo de Muelle no era un caso aislado (Tifón, Remebe, JuanManuel...los llamados, junto con aquel, "flecheros").


El prestigio de Muelle seguía ascendiendo, del mismo modo que lo hacían las multas que le imponía el Ayuntamiento (2.500 ptas fue la cantidad que tuvo que pagar cuando fue descubierto, y rodeado por 7 serenos (¿ninjas, tal vez?), cuando se encontraba pintando el recién colocado "Oso y Madroño" de la Puerta del Sol). Llegó a denunciar al propio consistorio madrileño por utilizar su firma en una imagen de la revista "Villa de Madrid", e incluso, una conocida marca de colchones (cuyo nombre obviaré, porque no sé cuál es) le llegó a ofrecer cinco millones de pesetas por su nombre y su logo. Sin embargo, y ante la desazón de su madre, rechazó la oferta. Siempre pagó las pintadas de su bolsillo, y siempre fue reacio a que se conociese su verdadera identidad.

En 1.993 dejó de pintar, pues entendía que su mensaje estaba "agotado", y en 1.995 murió prematuramente víctima de un cáncer a los 29 años. No obtuvo en vida el reconocimiento que merecía, ni consiguió hacer realidad muchos de sus sueños (un mejor local y mejores instrumentos para su banda (ensayó una temporada junto a Los Enemigos), una imprenta donde poder plasmar sus pegatinas...).

El año pasado, a diez de su muerte, se le hizo un sentido homenaje (también se han hecho conciertos para recordarle), y algún concejal ha llegado a vislumbrar la posibilidad de otorgarle el mérito que como artista le corresponde. Mientras tanto, su hermanos mantienen su nombre en el registro y tratan de conservar su memoria, así como los muros donde hizo sus trabajos.


Por aquel vídeo sobre gaffitis en el que ponía "No Borrar", y por esta pintada,que he mirado tantas veces al volver de viaje con mi hermano...

lunes, mayo 29, 2006

Torpedo

Mi escasa vocación hacia el mundo de las empresariales, unida a mis juveniles e inquietas ansias por practicar el sin par arte de tocarme los cojones, hicieron que un día sí y otro también abandonase mi destino del extrarradio universitario, para tratar de alcanzar las más altas cotas de la cultura general.
Durante todo aquel año, 1.999-2.000, mi compinche (cuyo nombre obviaré, pero que al lector más audaz y cercano le será evidente) y yo, vimos un sinfín de películas en la Facultad de Ciencias de la Información ("Buenos días, ¿lo de siempre?"- debía de ser la frase que pensaba aquel hombrecillo de detrás del mostrador al vernos entrar por la archiconocida puerta de "Tesis"), y leímos prácticamente entera la sección de cómics del Fnac.
Fue entonces cuando descubrí a "Torpedo" y me quedé prendado del cabrón más grande que ha dado el cómic en este país (por lo menos, que yo conozca).
Torpedo, o Luca Torelli, es un gángster del Chicago de los años treinta. Siempre de "puta en blanco", como él mismo diría, con un Camel en la boca y acompañado de su particular Sancho, Rascal, es especialista, básicamente en cepillarse a tíos,...y tías. Desconoce la ética, lo que le granjea un incontable número de enemigos y no perdona jamás una deuda.
Las historias de Torpedo no sólo tienen unos dibujos espectaculares, sino que cuentan con unos guiones satíricos y bastante salvajes, en los que normalmente Torpedo acaba liquidando a unos cuantos mierdas, o tirándose a alguna putita (y bien putita); normalmente, novia del jefe que acaba de ser aniquilado. Y todo esto, siempre rodeado de frases con dobles sentidos más que evidentes,y viñetas perfectas.
Indagando por Internet, he descubierto que Torpedo se inició en 1.982, en la revista Creepy, con guiones de Enrique Sánchez Abulí, y dibujos de Alex Toth. Poco tiempo después, éste abandonó la serie por su excesiva violencia verbal y física, y su puesto fue cubierto por el dibujante Jordi Bernet, quien le dio ese toque tan particular, gracias a su dominio del blanco y negro.
Torpedo siempre ha triunfado en las diversas publicaciones en que ha sido editado, llegando incluso, a tener su propia revista. También ha sido llevado al teatro y a los dibujos animados.
Hace dos años, la editorial Glenat publicó 5 álbumes recopilatorios de estas historietas, en los que, a buen precio, encontramos todas las andanzas de este tipo, y que, desde aquí, recomiendo fervorosamente.
Como dice el propio Bernet:
"La gracia de Torpedo es que no va de guapo ni de arrepentido. Es un hijo de puta tal cual".

viernes, mayo 26, 2006

¡Hace falta ser inglés!: Gafas-Piercing

Inauguramos sección: ¡Hace falta ser inglés!
En ésta iré recogiendo esa serie de inventos u ocurrencias que tiene la gente, y que, curiosamente, suelen plasmar en Internet como ideas cojonudas. Esas ideas, que como dijo una vez un profesor que tuve, se te ocurren de repente en medio de la noche, y te parecen buenísimas, pero que al despertarte, o bien has olvidado, o bien las desechas porque realmente son una tontería.
Para los curiosos, el título de la sección tampoco es mío (no, no soy un gran emisor, pero sí un buen receptor): es una frase que solía decir el padre de un amigo mío, y que viene al pelo.
En fin, que para muestra este primer botón:
*Información vía pixel y dixel*

jueves, mayo 25, 2006

"Latidos y Mordiscos"

Pues sí, pues sí...los Barricada sacan nuevo disco. ¡Ah? ¿Pero siguen tocando?
Barricada nunca lo han dejado, y, aunque es cierto que nunca recuperaron el enorme éxito que cosecharon a finales de los ochenta y principios de los noventa (llenazo dos días consecutivos en el Palacio de los Deportes de Madrid en el 89, "Balas Blancas", "En Blanco y Negro"...), siempre se han mantenido en lo más alto del escalafón. No en vano, siguen siendo cabeza de cartel en todos los festivales en los que tocan y aún cuentan con una importante legión de seguidores incondicionales.
Tras un, en mi opinión, espantoso último disco ("Hombre Mate Hombre") que vio la luz hace ya dos años, regresan con un doble directo, en formato eléctrico (y es ya el tercero, parecen lanzados a alcanzar a los Maiden que deben de tener unos mil o dos mil), y, ojo, en formato acústico, grabado en el teatro Gayarre de Pamplona ante una audiencia reducida.
El disco, con una lista de canciones muy completa, que abarca todas las épocas del grupo (lo que es de agradecer en una banda con más de 100 canciones editadas), sale a la venta el próximo 5 de junio, y se podrá comprar con los dos conciertos juntos (+ 2 DVD) por 35.99 €, o por separado (+ DVD, cada uno) por 18.99 €. Hombre, ya no son los Barricada que yo escuchaba en las cintas que grababa mi hermano y sus amigos, pequeños macarras, y ya no está Fernando Coronado, batería de la banda durante 20 años (y para mí, El Batería de Barricada), pero el disco parece que promete, pues la banda vive una segunda (o tercera, ya) juventud.
Más información en su web: www.barricada.com.es

martes, mayo 23, 2006

Primera entrada

Esta es mi primera entrada en el mundo de los blogs.
A ver si lo uso, y no lo he creado sólo para ocupar sitio en el ciberespacio.